David Chipperfield, Premio Pritzker : ''Los arquitectos hemos estado más al servicio de los mercados que de la sociedad''
17:39
7 Marzo 2023

David Chipperfield, Premio Pritzker : ''Los arquitectos hemos estado más al servicio de los mercados que de la sociedad''

El arquitecto inglés es autor de proyectos en Valencia, Madrid y Barcelona.

El Edificio Pereda Chipperfield de cara al Cantábrico En el Laboratorio de Chipperfield Exposición en Madrid

David Chipperfield, arquitecto británico, conocido en España por ser el autor de la Ciudad de Justicia de Barcelona, del edificio Veles e Vents, en el puerto de Valencia y de un conjunto de viviendas sociales en Villaverde, en Madrid, es el ganador del Premio Pritzker de Arquitectura de 2023. Chipperfield sucede en el palmarés al arquitecto burkinés Francis Keré, ganador en 2022.

La elección de Chipperfield parece una réplica levemente irónica a la llegada al trono del rey Carlos III de Inglaterra, crítico de arquitectura, paisano y casi contemporáneo del nuevo pritzker. Si el monarca ha refutado en muchos textos y manifestaciones la arquitectura del siglo XX y ha expresado la desconfianza popular en su país hacia a tradición del movimiento moderno, Chipperfield ha tomado la tradición de los Smithson, los Foster y Rogers (con los que trabajó al comienzo de su carrera) y ha trabajado para hacerla mejor, más moral y más amable, para hacerla más comprensible. Para vincularla a la arquitectura del continente, también.

Chipperfield se graduó como arquitecto en los últimos años 70 y fundó su estudio en 1984 y por el camino, abrió una galería de arte cuyo fin era dar a conocer la obra de sus colegas europeos. Hizo tiendas, casas particulares y encontró un filón de clientes, colegas e inspiración en Japón.

El otro país que ha marcado a Chipperfield ha sido Alemania. Su carrera despegó definitivamente en los años 90, cuando recibió el encargo de rehabilitar el Neies Museum en la Isla de los Museos de Berlín, en ruinas desde la guerra. En la época en la que su antiguo jefe Norman Foster construía el Reichstag como un parque de atracciones del parlamentarismo, la austeridad del Neues Museum se convirtió en un revulsivo. Dos décadas después, Chipperfield volvió a Berlín para restaurar la Nationalgalerie del Tiergarten, quizá el edificio más emblemático del siglo XX. Su encuentro con Mies Van der Rohe es, probablemente, uno de los grandes méritos que explican el Pritzker.

A diferencia de los arquitectos británicos de la generación anterior, marcados por el optimismo tecnológico, Chipperfield ha rechazado siempre explicarse a través de un tema, un estilo, una misión o un material. Cuando el Museo ICO presentó en Madrid una exposición dedicada a su obra, el mensaje era complejo y sutil: en Chipperfield hay un preocupación por la composición y por la armonía que no es rigidez geométrica. Hay un enfoque casi científico de prueba y error y hay un sentido de la contención y la síntesis que parece cosa de poetas.

El vínculo de Chipperfield con España es largo. Además de las grandes obras construidas, su estudio es el autor del proyecto de la construcción del Centro Pereda, la sede de la Fundación Santander en la capital cántabra sobre las fachadas de dos edificios históricos en la primera línea del ensanche. Y también ante el Cantábrico, en Corrubedo, en la provincia de La Coruña, Chipperfield es el autor de la casa de verano de su familia. No sólo eso: el arquitecto se ha empeñado en mantener abierta la taberna del pueblo, en la que ha actuado como empresario/benefactor. Por si nos lee el rey Carlos III: no la ha convertido en un restaurante esnob y carísimo. Sólo la ha mantenido y la ha mejorado.


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