



El último pulso político de Imran Khan
El ex primer ministro se atrinchera en su residencia entre disturbios para impedir su detención. Denuncia una operación para apartarle de la carrera electoral
ROSA MENESES @rosameneses10 Actualizado Jueves, 16 marzo 2023 - 00:30Enviar por emailComentarPolítica Muere el ex presidente de Pakistán Pervez Musharraf a los 79 años en un hospital de DubaiUn ex primer ministro atrincherado en su residencia. Cientos de partidarios suyos enfrentándose a la policía. Y los agentes, incapaces de contener a la multitud, terminan por batirse en retirada. Son las dramáticas escenas de la última crisis política en Pakistán.
La tensión ha escalado en el país asiático desde el martes, cuando la policía irrumpió en el domicilio de Imran Khan en Lahore para detener al ex mandatario. Encerrado en su residencia de Zaman Park, Khan ha ido publicando vídeos y mensajes en las redes instando a sus seguidores a salir a la calle para impedir su detención. "La policía está aquí para enviarme a la cárcel. Creen que si Imran Khan va a prisión esta nación se irá a dormir. Tenéis que demostrarles que están equivocados", arengó en uno de sus discursos grabados en vídeo. "Si algo me ocurre, si me encarcelan o me matan, tenéis que demostrarles que podéis luchar también sin mí", les urgió mostrando decenas de contenedores de gases lacrimógenos lanzados a sus militantes.
Los simpatizantes del ex mandatario respondieron a la llamada y se enfrentaron con piedras a las fuerzas de seguridad, que lanzaron gases lacrimógenos y utilizaron cañones de agua para dispersarles. Los choques dejaron decenas de heridos en ambos lados. Finalmente, entrada la tarde, la policía suspendió "temporalmente" la operación de arresto hasta la mañana de este jueves.
"Los policías han sido retirados temporalmente de Zaman Park porque el número de manifestantes es elevado y los oficiales no tienen armas", informó a Efe el ministro de Información interino de la provincia del Punjab, Amir Mir. Sólo ayer, 67 agentes de seguridad resultaron heridos. Por parte de la formación política de Khan, el Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), se ha denunciado que cientos de simpatizantes han sido heridos en los disturbios de los últimos días.
La organización Amnistía Internacional expresó ayer su preocupación por los disturbios en Lahore e hizo un llamamiento a las autoridades paquistaníes a cumplir con los estándares del derecho internacional, informa Efe. A través de Twitter, el organismo instó al Gobierno a "mantener la ley y el orden dentro de los límites de lo legal, necesario y proporcionado".

El político, una antigua estrella del críquet, ha sido acusado de apropiarse de los regalos recibidos durante sus años como jefe del Gobierno. Por ley estaba obligado a entregarlos a un depósito gubernamental para su tasación y pagar el 50% de su valor en caso de querer conservarlos.
Según una lista difundida por el ministro de Información, Marriyum Aurangzeb, entre esos lujosos obsequios figuran siete relojes de los que sólo uno de ellos alcanza un valor de 85 millones de rupias, más de 300.000 euros. El entonces primer ministro también fue agasajado con perfumes, joyas adornadas con diamantes o cenas de ensueño. Khan ha negado haber incumplido los códigos de conducta.
Khan también ha sido implicado en otros casos de corrupción, pero en los últimos meses ha eludido las citas con la Justicia. Estas ausencias han provocado que los tribunales dictaran órdenes de arresto (el pasado día 5 la policía ya intentó ejecutar una de ellas) para que comparezca el próximo 18 de marzo.
El dirigente alega razones de seguridad y problemas de salud para no sentarse en el banquillo. El pasado noviembre sufrió un intento de asesinato mientras daba un mitin político. Fue herido de bala en ambas piernas y arrastra aún las secuelas. Sus abogados han recurrido las órdenes de detención, pero el Tribunal Superior de Islamabad ha desestimado la petición. Mientras Khan asegura que éstas obedecen a una motivación política.
"La razón por la que ocurre esto no es porque yo haya violado ninguna ley. Me quieren encarcelar para que no participe en las elecciones", declaró ayer a la agencia Afp.
La inestabilidad como bandera
Khan fue primer ministro entre 2018 y abril de 2022, cuando fue expulsado del poder por una moción de censura. El político condenó el desenlace y lo atribuyó entonces a una maniobra de EEUU para derrocarlo. También acusó al jefe del Ejército Qamar Bajwa de conspirar con la oposición para echarle del puesto.
Desde entonces, Khan ha demandado la convocatoria de unas elecciones generales anticipadas y ha estado protagonizando mítines políticos por todo el país. El actual primer ministro, Shehbaz Sharif,rechaza la exigencia de un adelanto electoral y mantiene la cita original, fijada para finales de este 2023.
En medio de la confrontación política, Pakistán está inmerso en una grave crisis económica con una alta inflación, escasez de gas y cortes de electricidad y largas colas para comprar alimentos como ingredientes. La población culpa al Gobierno de Sharif -hermano del tres veces primer ministro Nawaz Sharif, que en la actualidad está inhabilitado tras ser condenado por corrupción y reside en Londres- mientras que Khan ha ido ganando popularidad en las encuestas.
Con las arcas del Estado vacías, el pulso político entre Sharif y Khan amenaza con abocar de nuevo al país hacia la inestabilidad. La polarización política es un escenario frecuente en el país, que desde su independencia ha sufrido cuatro golpes de Estado y donde ningún primer ministro ha concluido un mandato completo.