Guardiola pide parar el reloj de la investidura para pactar con Vox ''en unos días''

La presidenta del PP de Extremadura quiere entablar de nuevo una negociación con el partido de Abascal hasta el final de esta semana

La presidenta de la Asamblea de Extremadura, la socialista Blanca Martín, había citado a los medios ayer tras la primera ronda de contactos que mantuvo con los cuatro partidos parlamentarios. El último era Guillermo Fernández Vara, por aquello de que se organizó el encuentro conforme a su representación, de menos a más. «Al finalizar, Blanca Martín informará en rueda de prensa sobre la propuesta del candidato a la Presidencia de la Junta, en la Cámara regional», había enviado en la convocatoria. Pero no lo hizo.

Tampoco el Boletín Oficial de la Asamblea de Extremadura, que se publica en el mismo día con las actividades oficiales de la cámara regional, recogió la decisión de Blanca Martín sobre las fechas (dos en principios y consecutivas) de los plenos donde se someterá a votación al candidato. Así que, oficialmente, el reloj no ha empezado a correr en esta segunda fase, tras constituirse la pasada semana el parlamento. Desde entonces, la socialista tenía 15 días de máximo para citar a los grupos, pero decidió no llegar a la fecha tope y los líderes de los partidos fueron citados con un adelanto de ocho días.

Sin embargo, la decisión de María Guardiola de solicitarle en la reunión que retrase la fecha de la investidura de Vara -que ayer confirmó que se va a presentar aunque no le den los números- para intentar llegar ella a un acuerdo «en unos días con Vox» obligó a Blanca Martín a cambiar su estrategia inicial, el haber comunicado ayer ya mismo la fecha que coincidiría con la campaña electoral de las elecciones generales. La presidenta del PP le pidió un margen para poder entablar de nuevo una negociación con el partido de Abascal hasta el final de esta semana.

Reconstrucción de puentes

Mientras se juega esta partida de agendas y calendarios en el parlamento, la otra estrategia, la decisiva, entre PP y Vox, va dando sus pasos. El deshielo entre ambas formaciones ha comenzado y la reconstrucción de los puentes, aún con incierto resultado, está dando sus primeros frutos con el cambio en el tono que está utilizando ahora Guardiola, totalmente contrario al utilizado contra Vox desde siempre, tanto en la precampaña, como en la campaña y en postcampaña.

Ya lo inició el domingo por la noche en su carta a sus militantes, y ayer dio todavía un paso más y les calificó como «un partido constitucional con el que me quiero poner de acuerdo porque quiero lo mejor para los extremeños». Se cumplía así el guion marcado por Génova durante el pasado fin de semana: suspensión de la junta directiva regional extraordinaria para no añadir «más ruido», bajar el tono contra la formación que la puede hacer presidenta y evitar el foco mediático y nuevas polémicas. Paso a paso, todo se ha ido cumpliendo.

Con todo ello, ya está condiciones de poder sentarse con Vox, otra cosa es que acepte las pretensiones de la formación de Abascal que mantiene su exigencia, reforzada ahora, de entrar en su gobierno con dos consejerías y con una vicepresidencia. Pero al menos, ya se puede sentar con ellos tras la voladura de puentes que hubo la semana pasada.

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