



Juanma Moreno logra una histórica mayoría absoluta para el PP en Andalucía
Los populares tienen garantizados los 55 escaños y se disputan otros dos con el PSOE (31-32) y con Vox (13-14).
Es un dato anecdótico, pero los resultados del 19-J en Andalucía ponen al PP (55-57) cerca de duplicar al PSOE (31-32). El dato real, el dato clave, es que Juanma Moreno podrá lanzarse a gobernar en solitario, gracias a los 55 escaños que ya tiene garantizados. Se aleja el fantasma de la repetición electoral y el de que el centro derecha deba pactar con la derecha extrema para formar gobiernos.Si Alberto Núñez Feijóo miraba éste su primer test como el posible inicio de su camino a la Moncloa, se acuesta este domingo dando un gran paso. Y si Pedro Sánchez trataba de disipar la nube negra que lo acompaña desde hace meses en el soleado feudo tradicional del PSOE, ya puede (empezar a) despedirse.
Para empezar, porque su apuesta, Juan Espadas, se queda en 31 diputados, y no ha podido ni llegar al peor resultado socialista, los 33 de Susana Díaz en 2018. Y después, porque nada hace presagiar que pueda seguir jugando con el espantajo de que todas "las derechas" son lo mismo, o de calificar al primer partido de su oposición como "un estorbo" y "la derecha más ultramontana de Europa".
Porque los votantes andaluces han dejado claro que el modelo "moderado" Moreno y Feijóo les convence más que el anterior y que la vía de agua hacia Vox se ha cerrado: Macarena Olona se queda en 14 o, como mucho, 15 escaños. Si se compara con los 12 de 2018 es un éxito; si se miran las expectativas al ser proclamada candidata, nunca menores de 22-24 escaños, lo suyo es un gatillazo.
Los resultados de Olona, aun siendo sensiblemente mejores que los de 2018, sin embargo, pueden ser interpretados como un pinchazo. El partido de Abascal comenzó la precampaña con la expectativa de duplicar sus 12 diputados de hace tres años y medio. Ningún sondeo le daba menos de 22-24 diputados. Por eso, los datos de la encuesta de este periódico dan a entender que éste sí parece el primero de los adoquines del camino de Feijóo al poder.
Por su parte, la izquierda se hunde en su totalidad, y el PSOE en particular. Porque cambiando de datos a cada entrega, las encuestas siempre dijeron lo mismo: "El PP sube, la izquierda se hunde". Y esto, siendo verdad y dicho a cada jornada, significaba la tendencia que confirma el resultado de esta noche.
La última mayoría absoluta en Andalucía había sido del hoy condenado por los ERE Manuel Chaves, en 2008. Este domingo, con el peor de la historia socialista en Andalucía, Juan Espadas cosecha, además, un dato más bajo que cualquiera de los previstos, por detrás de los 33 diputados que cosechó la candidatura de Susana Díaz hace tres años y medio.
Aquella noche, una caída clara del PSOE no sólo condenó la carrera política de Díaz, sino que abrió la puerta a que los populares sumaran con Ciudadanos. Ahora, los liberales se quedan fuera, como les pasó en Castilla y León. Como les pasó en Madrid... el partido de Inés Arrimadas sale perdedor de su estrategia desde que se hizo cargo de la formación naranja.
Ni Génova lo creía
El Partido Popular ha arrasado en Andalucía superando incluso sus mejores pronósticos posibles. Aunque algunos sondeos a pie de urna llegaban incluso a concederle al PP la mayoría absoluta, nadie en realidad se lo creyó nunca en la sede de Génova: "Vamos muy bien, pero la absoluta no es creíble, no pensamos que podamos llegar a los 55 escaños… porque nos ha faltado una semana de campaña".
Y eso significa que hasta en el PP veían la tendencia constante al alza. Los de Feijóo han centrado todos los esfuerzos y la maquinaria del partido en estas semanas de campaña.
Andalucía no es sólo es importante por sí misma -pues el PP podría consolidarse en lo que fue un régimen del PSOE-, sino que es "el gran granero de votos" para las generales, y "el primer peldaño" del camino para el nuevo líder del PP. Uno que acaba en la Moncloa.
Y para eso, en la dirección del PP saben que, como mínimo, les hacía falta que se visualice la posibilidad de que Vox puede no ser necesario. El viaje a "la centralidad", la recuperación de las mayorías y la cosecha de "votos prestados" de los "socialistas decepcionados y/o engañados" por Sánchez dependen de ello.
El PSOE de Sánchez
La nueva hegemonía popular se combina, además, con el hundimiento del PSOE de Espadas, el candidato socialista que dejó la alcaldía de Sevilla para hacerse cargo de la reconquista de Andalucía. Espadas ha pagado el hecho de ser visto como el 'encargado' de Pedro Sánchez.
No sólo era visto así. Era una realidad que él fue la apuesta del aparato de Ferraz para destronar a Susana Díaz que, no sólo le disputó el liderazgo al hoy presidente del Gobierno en las últimas primarias del PSOE, sino que siguió haciéndole oposición interna hasta que fue derrotada.
Díaz cayó frente al hombre elegido por Sánchez, cayó defendiendo unos postulados del PSOE antiguo, apoyada por la generación de Felipe González y en contra de las alianzas previstas del presidente con Podemos y el independentismo... parte de las razones que los expertos atribuyen a la caída estrepitosa de Espadas.
Pero hay más motivos: el primero, también en clave nacional, que los datos económicos no acompañan al PSOE en Moncloa. La inflación está empobreciendo a marchas forzadas a la ciudadanía, en especial a las clases medias y bajas, y la respuesta de Moncloa está siendo ineficaz en lo legislativo y errática en lo político, cargando las críticas contra la oposición.
La izquierda, perdida
El segundo motivo ya es regional, local, propio del candidato. Porque la derrota del PSOE no es sólo atribuible a la influencia de Sánchez, sino a que Espadas no ha sabido proponer nada concreto a los electores.
Si el mensaje del PP, pidiendo "votos prestados" a los socialistas enfadados, ha funcionado, el dato del PSOE por debajo de los 33 escaños de Díaz en 2018, señalan al propio candidato. Nadie lo conocía, no consiguió que se le identificara como alternativa, nunca se le vio presidenciable, tuvo que rectificar los mensajes que, con megáfono de la Ejecutiva, venían de Madrid porque le perjudicaban... y queda amortizado para el futuro.
Pero es que además, como decíamos al inicio, las encuestas siempre dijeron lo mismo, que la izquierda se hundía cada día un poco más. Y si hubo siempre pocas opciones de que, con esas circunstancias, el PSOE sacara la cabeza, el desánimo se terminó de apoderar de los electores progresistas.
No hay más que ver los resultados de las listas de Por Andalucía (cinco diputados) y Adelante Andalucía (uno solo).
El primer ensayo del "frente amplio" de Yolanda Díaz se estampa, como hizo desde el inicio -con las peleas para elegir a la cabeza de cartel y la desaparición de Podemos como marca-. Y su escisión, liderada por Teresa Rodríguez, podría haber servido, simplemente, para malograr cualquier opción, al repartir el voto entre perdedores.
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