La Bolsa española, expulsada del radar de los extranjeros: sequía de salidas y mucha inseguridad jurídica
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17 Junio 2023

La Bolsa española, expulsada del radar de los extranjeros: sequía de salidas y mucha inseguridad jurídica

Los grandes inversores optan por no incluir a España en sus carteras ante la falta de compañías y a la expectativa del resultado electoral del 23-J

El Ibex 35, la peor bolsa de Europa de los últimos cinco años

La Bolsa española está fuera del radar de los inversores internacionales y esto es clave porque son los mayores accionistas de nuestro mercado, con casi el 50% del volumen de negociación. La convocatoria anticipada de Elecciones Generales para el 23 de julio no ha venido sino a añadir más incertidumbre sobre cuál será el resultado de los comicios dentro de una situación que es estructural de nuestro mercado y que se viene dilatando desde la crisis financiera de 2008. Pero ahora la situación es todavía más precaria. Distintas fuentes financieras reconocen que "no hay donde elegir" dentro del panorama nacional de cotizadas ante la escasez de salidas a Bolsa y, para colmo de males, las opas que están asediando el mercado y que se llevan las firmas de mayor crecimiento a precios muy atractivos.

En cifras esto se traduce en un desplome de los volúmenes de negociación. A cierre de 2022 en total la negociación de acciones alcanzó los 362.000 millones de euros. Fue la menor cuantía anual de todo el Siglo XXI. Hay que retrotraerse al año 1999 para encontrar una cifra inferior. Y el ejercicio actual va camino de marcar otro mínimo. Con los últimos datos disponibles publicados por SIX, la dueña de Bolsas y Mercados Españoles (BME), a cierre del mes de mayo se habían realizado operaciones en la Bolsa española por un importe total de 140.131 millones de euros. Esto representa una caída del 22% con respecto a los primeros cinco meses del año pasado y representa el 39% del total de 2022.

Pero hay más. En la actualidad y desde hace años, con ciertos vaivenes, la capitalización conjunta de todas las compañías que cotizan en nuestro país supera el billón de euros. Ahora bien, si se profundiza en ese dato se puede comprobar cómo el peso del capital español ha ido menguando significativamente desde antes de la crisis de 2008. A cierre de 2022 el valor de las acciones de las firmas españolas ascendía a casi 622.000 millones de euros, un 9% menos que el año antes, mientras que la valoración de las cotizadas extranjeras alcanzaba los 407.000 millones. En el año 2006, previo al crash y cuando España todavía era una opción para los inversores extranjeros, el valor del mercado nacional era de cerca de 760.000 millones de euros. Un 99% correspondía a capital español. Y esto implica que, además de la internacionalización de nuestro mercado, la pérdida de casi una quinta parte del valor del capital español en la renta variable. Fuentes financieras denuncian que este desplome es todavía más significativo entre las pymes nacionales, aquellas que se agrupan en el Ibex Small y Medium Cap, "cuya negociación cae un 40% en la última década".

Incertidumbre electoral

Contando con que España solo representa un 3% de la ponderación de un índice mundial, añadir al cóctel incertidumbre política e inseguridad jurídica no ayuda para volver a estar bajo el foco inversor. Distintos banqueros privados confirman a EL MUNDO que hay dinero esperando a entrar dependiendo del resultado de las Elecciones del 23J. "Por supuesto que el impuesto a la banca ha hecho mucho daño y ha ahuyentado a los inversores estadounidenses", sostiene uno de ellos. Pero no es solo eso.

Este gravamen es especialmente perjudicial para el sector bancario teniendo en cuenta su perfil de inversor, mucho más internacional y activo, frente al de las eléctricas, que también están sujetas al mismo impuesto. En todo caso, dicha tasa viene a sumarse a un listado de medidas que frenan la entrada de capital en nuestro país, según una de las bancas privadas más importantes, como es el Impuesto a la Solidaridad, para patrimonios superiores a tres millones de euros o la tasa sobre el beneficio de las socimis [vehículos de inversión inmobiliaria] que redirigieron flujos de dinero hacia el vecino Portugal.

España está 'en venta'

Solo en las últimas semanas han concurrido hasta tres operaciones de calado. Minor, el accionista principal de NH Hoteles, decidió obviar los cauces oficiales y, en lugar de lanzar una opa de exclusión para comprar el 6% que no controla de la hotelera, decidió hacerlo por la vía extraoficial y abrió una ventana de venta por el plazo de un mes. Según ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ostenta el 95,8% del capital, con lo que le queda todavía un 4,2% por adquirir.

Hace unos días el fondo francés Antin lanzó una oferta de adquisición (OPA) por el 100% de la empresa de energías renovables Opdenergy, en una operación por valor de hasta 866 millones de euros.Lo hizo con una prima sobre la cotización del 46%, irrechazable prácticamente por sus accionistas, y a un precio de 5,85 euros por acción. Está sujeta a que el 75% del capital diga que sí, pero ya tiene el compromiso irrevocable de más del 71%, entre otros, de los fundadores. Poco le ha durado la travesía bursátil a Opdenergy cuando dio el toque de campana en julio del año pasado a un precio de 4,75 euros.

Y no hay dos sin tres porque el viernes se filtró que el fondo estadounidense I Squared estaría pensando en lanzar una oferta de compra por Applus por una valoración que se estima, según distintos medios, en unos 2.000 millones de euros. El mercado se lo cree y la mejor prueba de ello es que la firma de las ITV se disparó ayer en Bolsa un 5% y se colocó en los 9,25 euros, más cerca de los 9,5 euros por título a los que se produciría la oferta.

"La situación en el mercado español es preocupante porque nos estamos quedando sin empresas. Los gestores activos que invertimos en renta variable española cada vez tenemos un universo más pequeño de opciones. Se está generando un efecto embudo: cada vez hay más empresas que nos compran o que se fusionan, porque son empresas sólidas y están cotizando a unos precios muy atractivos, donde el capital privado tiene mucho dinero, bien gestionadas y lanzan una OPA con primas del 40%-50% a las que no puedes decir que no. Y, por otro lado, en España no existe la tradición de que las empresas familiares quieran salir a bolsa porque no tenemos la ambición de crear imperios", asegura Lola Solana, una de las mayores gestoras de fondos de Bolsa española y al frente del reconocido Santander Small Caps.

Mirando el calendario, podría decirse que la Bolsa española lleva ya seis años prácticamente de una sequía histórica en lo que se refiere a nuevas incorporaciones. Desde 2017, cuando se produjeron importantes OPVs (oferta pública de venta, según sus siglas) como las protagonizadas por Gestamp, Prosegur Cash, Unicaja Banco, Neinor Homes y Aedas Homes, no se ha vuelto a repetir una situación similar. El dinero captado por compañías que se estrenaron en el parqué nacional los tres años siguientes rondó la cifra de 1.000 millones de euros, una nimiedad, hasta que en 2021 las salidas de Acciona Energía, Ecoener y Línea Directa al Mercado Continuo devolvieron el optimismo con la captación de 2.933 millones de euros, tres veces más en solo un ejercicio, principalmente gracias a las dos primeras, porque la aseguradora fue un listing (o escisión de acciones) de Bankinter. El año pasado solo llegaron al Continuo dos empresas, Opdenergy Holdings y Atrys Health, que provenía de BME Growth, con lo que tampoco captó capital. A finales de verano solo quedará, previsiblemente, una de ellas cotizando en el parqué.

Falta tecnología y sobran bancos

"Cuando compras Bolsa española no estás apostando por el país, sino solo por unos pocos valores", asegura el máximo responsable de inversores de una entidad nacional, con pasado laboral en firmas como BlackRock o PIMCO. A lo que se refiere es a un índice, como sucede en Italia o en Grecia, cargado de bancos (representan un tercio de la ponderación del Ibex) y de eléctricas (con un porcentaje casi similar) y esto, a la larga, marca porque España se ha quedado al margen de la gran tendencia de los últimos años, como es la tecnología.

¿Recuperará la ola alcista el Ibex al calor de la subida de tipos de interés? Esa es la duda, ya que las quiebras en el sistema financiero estadounidense han desatado ciertas dudas y han provocado que "el inversor americano haya vuelto a vender sus posiciones y no se sabe cuándo regresará", reconocen desde una de las mayores gestoras de fondos del país.

Lo que sí sigue despertando interés, sostienen, es la deuda pública, entonces y ahora, ya que comprar bonos o Letras españolas es una garantía de rentabilidades atractivas con un menor riesgo. El papel nacional a diez años cotiza en niveles del 3,4%; las Letras del Tesoro lo hacen en términos similares, cerca ya del 3,5% con vencimientos a doce meses y esto es algo de lo que "se sigue hablando mucho" en el seno de los grandes bancos de inversión americanos, que prefieren centrarse en la deuda frente al mercado de renta variable.

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